Cuando yo estaba embarazada de mi tercera hija, ya teníamos plena ocupación con dos hijos y sus respectivos quehaceres, así que una de las cosas que te cuestionas eventualmente con preocupación es: “¿Cómo nos las vamos a arreglar cuando seamos cinco?”.
A modo de bálsamo, para tranquilizarte y evitar sufrir por lo que está por llegar, tu fuero interno te dice: “De alguna manera nos organizaremos, ¿no lo hacen el resto de familias numerosas? pues nosotros también”.
Todos tenemos dificultades a la hora de organizarnos
Pero las dificultades de organización no son exclusivas de las familias numerosas. En mayor o menor medida, cada familia tiene su particular caballo de batalla y eso será lo que nos movilice a buscar más o menos soluciones.Además uno no puede creerse el ombligo del mundo y pensar que su situación es más complicada que la de los demás y adoptar un papel de víctima que no lleva a ningún sitio ni ayuda a cambiar las cosas. Tampoco se debe generar un autoconcepto de incapacidad organizativa irreal, pensando que los demás tienen más dificultades y que aún así lo hacen mejor.
Hay que ser honesto y realista con la situación particular de cada uno, así se pueden encontrar las soluciones al alcance de uno mismo.
Muchas familias viven lejos de familiares que puedan echar una mano y hacer todo más llevadero con su ayuda. Las hay que no pueden contar con el padre de familia porque tiene unos horarios de trabajo infames o viaja mucho. En otras, son las madres quienes tienen unos horarios horribles o tienen que viajar habitualmente.
¿Te sientes identificada con alguna de estas situaciones? Seguro que sí, pues nadie tiene todas las facilidades del mundo. Y si tu vida no se parece a nada de eso, disfruta todo lo que puedas por ti y todas tus compañeras. Aunque si estás interesada en una mejor organización, sospecho que no es tu caso.
Desde fuera, quien cuenta con más recursos se pregunta “¿Cómo lo hacen, si yo sólo con esto (léase la situación de cada uno: un hijo, con ayuda de familiares cercanos, el padre de familia en casa por las tardes para echar una mano, etc) no llego?”. Te parece increíble la capacidad de organización que tienen esas familias con otras o más dificultades que la tuya.
Cuando yo le anuncié a una buena amiga que esperábamos un nuevo miembro en la familia, así, sin que yo le dijera nada al respecto, pero imagino que intuyendo la preocupación por cómo organizarnos, me dijo: “En el colegio de mi hija yo lo que veo es que las que mejor se organizan y con diferencia son las madres de familia numerosa” y oye, como que sí que me tranquilizó lo que me dijo.
Desarrolla el pensamiento lateral y creativo
Pero analicemos un poco esta premisa. No se trata de que parir un tercer hijo te dé repentinamente superpoderes de organización y pases a estructurar tu vida espontáneamente con aprovechamiento del tiempo de forma tan perfecta y óptima que ríete tú de quién le lleva la agenda al presidente de los Estados Unidos.Ni tampoco que quien tenga un solo hijo (tenga la familia cerca para ayudar, cuente con el padre de familia, buenos horarios y flexibilidad laboral, etc.) sea un torpe totalmente inútil, incapaz de organizarse mínimamente.
Más bien se trata de lo que anuncia el epígrafe de este punto y es que: “la necesidad agudiza el ingenio” y cuando no tienes forma de hacerlo de la manera más común o más fácil, tu cerebro empieza a elaborar alternativas, pensamiento lateral que lo llaman.
Cuanto más frecuentemente se den estas situaciones que requieren organización alternativa para solventarlas, más entrenado estará tu cerebro para pensar otras opciones de llevar a cabo lo que deseas o necesitas. Se abrirá ante ti todo un mundo de posibilidades que puede que te ofrezca opciones que luego veas que son incluso mejores que la idea inicial imposible de llevar a cabo.
Así que abre tu mente al ingenio, pues como beneficio colateral desarrollarás un pensamiento creativo que desde luego te servirá en múltiples ocasiones.
Aprende de tus hijos que no tienen prejuicios
Tus hijos también pueden fomentar esa forma de pensar y darte ideas igual de válidas o mejores aún que las tuyas.Está claro que la necesidad hace que le des vueltas a las cosas y encuentres otras formas de hacer y organizarse. Mientras que cuando no tienes problemas, actúas de la manera habitual y convencional, pues las cosas que funcionan es mejor no tocarlas y al fin y al cabo, ¿para qué complicarse sin necesidad?
Ten en cuenta que si no te organizas mejor quizás sea porque no lo necesitas.
Y tú ¿en qué encuentras especial dificultad a la hora de organizar tu vida familiar?
Totalmente de acuerdo... ¡qué remedio que ser medianamente organizadas, sino las horas del día no nos darían para nada! ja ja
ResponderEliminarUn saludo