La primera vez que mi hijo Bruno sonrió tenía exactamente un día de vida. Fue durante su primera sesión de fotos. La hazaña de captar ese fugaz momento fue de su padre con la cámara de mi móvil y no de la experta fotógrafa con su completísimo equipo fotográfico.
Esa imagen nos sirvió para hacer su presentación en sociedad a familiares y amigos y es que no podía haber posado de mejor manera. Parece que fuera una pequeña muestra de su personalidad de niño risueño y simpático.
Precisamente creo que tengo registrado exactamente ese momento en mi memoria gracias a los documentos gráficos que lo atestiguan, no puedo decir lo mismo con respecto a mi hija mayor.
La sonrisa fetal
Esas sonrisas de los recién nacidos son actos reflejos del músculo risorio, presente sólo en los humanos y cuyo efecto ya se manifiesta a partir de las 30 semanas de gestación, tal y cómo las ecografías modernas han permitido constatar.Esta sonrisa no va dirigida a nadie, pero no por ello deja de ser tan especial ver a un bebé sonreír, pues, ese gesto, provoca otra sonrisa en nuestro propio rostro y nos pasaríamos las horas mirando cada pequeño cambio de su carita.
Las etapas de la sonrisa
A partir de la segunda semana de vida del bebé, esas sonrisas pueden estar motivadas por sensaciones placenteras como el recuerdo de cuando estuvo en el útero, la sensación de estar limpio y seco o la satisfacción de haber comido. Así se van desarrollando las distintas etapas de la sonrisa, pasando por que se convierta en algo social en el diálogo de la comunicación afectiva, hasta llegar a las carcajadas.No creo que mis padres puedan acordarse de cuando sonreí yo por primera vez, pero estoy segura de que cuando vivieron ese momento no dejó de parecerles totalmente mágico. ¿Y tú? ¿Te acuerdas de cuándo sonrió tu hijo por primera vez? ¿Te parecen mágicos esos momentos? ¿Los vives como propios?
Este artículo forma parte de la colección de artículos titulada "La Primera Vez".
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