Pues sí, como en muchas otras familias en la que las hijas hacen la primera comunión este año, estamos a la caza y captura del vestido de comunión perfecto, empieza la cuenta atrás. La verdad es que las opciones son muchísimas pues, al igual que los vestidos de novias, los vestidos de comunión también se están modernizando y están cambiando dando lugar a diferentes modelos y estilos. Sin embargo hay unos cuantos criterios, más allá del estilo, que a mí me parece interesante tener en cuenta para empezar e ir delimitando un poco para poder empezar.
Promover el consumo responsable reutilizando el vestido de comunión
Como lo clásico no pasa nunca de moda, una buenísima opción es poder aprovechar el vestido de comunión de alguna prima o hermana mayor, aunque no siempre es posible, ahí entra en juego los distintos desarrollos de cada niña.
Siempre que se pueda, a mí es una opción que me parece muy acertada pues además de economizar es una muy buena oportunidad para transmitir a tu hija valores de consumo responsable como aprovechamiento de recursos y compromiso medioambiental, ya que por llevar un vestido usado, no deja de ser especial. De hecho, nosotras teníamos la intención de usar el vestido de la prima mayor de Carmen. Cuando lo probamos, aunque Carmen estaba encantandísima, a más de seis meses vista del gran día ya le quedaba un poco corto, lo que hace prever que para el día en cuestión aún estará unos centímetros más arriba y por eso tuvimos que descartar esta opción.
¿Vestido de comunión corto o largo?
Esta es una de las primeras cuestiones a valorar. Generalmente la mayoría de las niñas prefieren el vestido de comunión largo, pues les parece más de princesa y es esa ilusión de llevar un vestido que de no ser en esa ocasión difícilmente podrían lucir.
¿Vestido de comunión corto o largo?
Sin embargo, creo que cada vez más niñas se decantan por un vestido corto, muy posiblemente porque también valoran la comodidad en un día en el que quieren disfrutar mucho y pasárselo bien. Además también empieza a haber opciones de vestidos de comunión cortos que también son preciosos y con los que las niñas están guapísimas. Incluso hay vestidos convertibles que son largos para la ceremonia y luego se les quita la falda larga quedando en formato corto, lo que vendría a ser el equivalente a la cola de quita y pon en los vestidos de novia. Si es que está todo inventado.
En nuestro caso creo que es de las pocas cosas que tenemos claras, Carmen quiere un vestido largo, de eso no hay duda.
Lo práctico y cómodo versus estética en un vestido de comunión
Parecen conceptos antagónicos, pero nosotras vamos a intentar compaginarlos. Si bien predominará uno sobre otro, tampoco se trata del todo o nada. Cuando yo buscaba mi vestido de comunión, mi madre se pasó focalizando en lo práctico.
Yo hacía la comunión en Barcelona un 24 de junio, el Día de San Juan, y a mi madre le parecía que no pegaba mucho una niña de comunión en las fiestas de la ciudad, así que decidió que un vestido arreglado y bonito pero no de comunión sería lo mejor. La cosa llegó incluso al extremo de que estrené el vestido antes del gran día de la comunión en la boda de una prima. Creo que este capítulo de mi infancia podría ser un capítulo en el libro de "
Cómo no ser una drama mamá".
Mi vestido de comunión
Vestido de comunión blanco o con color
Cuando salíamos de la tienda en la que compramos mi vestido le dije a mi madre: "para mi boda no lo vas a conseguir, me vestiré de blanco". Y es que el vestido en cuestión era azul, el color que yo más odio y con el que nunca o prácticamente nunca me verás vestida. Si bien el color está irrumpiendo cada vez más en los vestidos de comunión con pequeños detalles y a mí es una cosa que me parece bonita y que alegra, no deja de verse que son vestidos de comunión, así que algún detalle de color no está descartado aunque tampoco es imprescindible.
A pesar de mi declaración al estilo "Lo que el viento se llevó", luego para mi boda fui bastante comedida pues aunque sí que llevé un vestido nupcial y en color blanco, prescindí de metros y metros de cola o velo y no era nada ostentoso. Ahí combiné estética y comodidad que es lo que pretendemos hacer con el vestido de primera comunión de Carmen.
Vestido de comunión confeccionado en casa
No voy a llegar al extremo de hacer yo misma el vestido de Carmen, aunque el "Do It Yourself" era algo muy habitual en épocas pasadas, no es un invento de ahora, tan sólo es un concepto recuperado. A mi madre se lo hicieron y muy bonito por cierto, al menos a mí me lo parece. Lo que sí que tengo claro es que quiero que sea nacional y es que en España tenemos la suerte de contar con grandes marcas textiles que hacen vestidos de comunión preciosos, así que yo apuesto por lo nuestro.
Vestido de comunión confeccionado en casa
De todas formas lo primero de todo tengo que hacer un cribado porque hay tantísimas opciones y vestidos tan bonitos que te pones a mirar y te emborrachas, así que haré una primera selección antes de llevar a Carmen a probar. Alguna que otra foto de vestidos le he enseñado y más o menos, aunque aún no sabemos exactamente cómo lo queremos, parece que coincidimos en gustos.
En resumen, lo que tenemos claro hasta ahora es que será un vestido de comunión largo, bonito pero buscando la comodidad y que puede que tenga algún detalle de color. El tema complementos como del pelo, zapatos, etc, lo dejamos para más adelante.
¿Tú también estás a la caza y captura del vestido de comunión perfecto? ¿Cómo fue tu vestido de comunión? ¿Y el de tu hija? ¿Qué criterios tuviste en cuenta? Acepto recomendaciones y sugerencias para encontrar el vestido de comunión perfecto ;)
Este artículo forma parte de la colección de artículos titulada "
La Primera Vez".